lunes, 3 de octubre de 2011

Pandemónium

Bien, aquí estoy en unos de esos días en los que nadie te habla y las paredes del cuarto se te echan encima. Decidí que durante toda la tarde del sábado, deambularía por el centro histórico, con mi novia María de los Ángeles. Al llegar al Zócalo capitalino decidimos ir a comer. Era ya medio día y en el cielo se podía apreciar una gran cantidad de nubes. También se podía visualizar una gran afluencia de vendedores ambulantes, que es muy común en el centro de la ciudad de México. Poco después de pasar a un costado de la catedral, un hombre de gabardina negra y apariencia muy pulcra, chocó de frente conmigo, se disculpó y siguió su camino, de la misma forma proseguimos el nuestro.

Cuando nos encontramos de frente al restaurante, recibí la llamada telefónica de mi madre, lo cual me pareció bastante raro ¿Qué ocurrió? Fueron las palabras pronunciadas por mi boca. Alejandra, mi madre, con voz sumamente exaltada repetía ¿Dónde estás? ¿Cómo te encuentras? En ese momento un estallido se produjo cerca del Palacio Nacional y un segundo después otro más cerca del lugar donde nos encontrábamos. Lo que veía era impresionante, los edificios se derrumbaban y la gente no tardó en provocar caos. Giré la cabeza para buscar un lugar seguro pero lo único que podía ver eran cientos de personas corriendo y gritando. Ángeles me sujeto y gritando ¡corre! Fue como mi cuerpo pudo reaccionar y observar que aquel hombre de apariencia agradable era perseguido por un grupo de policías.

Ángeles y yo decidimos salir, lo más rápido posible, de aquel sitio. Nos dirigimos a la casa de mis abuelos cerca de la estación Romero Rubio, donde se encontraba mi madre y mis hermanos, Diego y César. Ellos se alegraron de ver que entrábamos por la puerta de la sala, pero no se movieron de su lugar y con un ¡shhh! pidieron silencio. Centré mí mirada en la televisión y quedé impactado, ya que era un anuncio dado por Jorge Zarza donde hacía mención al suceso, además, señalaba que no había sido el único,  sino que había replicas en todo el país. Sin decir quién o quiénes eran los responsables y por qué había ocurrido esta catástrofe.

Por la noche salí al patio para fumar un cigarrillo; se fue consumiendo lentamente sin que yo siquiera lo probara. En ese momento Diego gritó vengan, acérquense al televisor. Todos rápidamente lo hicimos, lo que se decía era absurdo, pues no solo ocurrió en México sino que también en: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá e incluso en Venezuela y Chile, los ataques a dichos países no son casualidad dijo el conductor. Informó que fue un ataque por la UNS (Unión de Naciones Superiores), la cual se forma de países como China, Japón, Alemania, Inglaterra, Rusia, Italia, entre otros. Y tienen como objetivo implementar la Ley Pandemónium en toda América y lo harán por medio de la fuerza si es necesario. 

Los siguientes días fueron de terror para todos mientras la angustia y el mal sabor de boca recorrió por mi familia. Se podría evitar o escapar de un futuro tan desolador. Poco a poco  fuimos invadidos por miles de soldados, que se encargaban de mantener un orden en la sociedad. Todas las familias fueron  divididas, mientras se buscaba romper la comunicación y evitar la creación de grupos de oposición o levantamientos en contra. 

Bien, han pasado ya seis meses desde que la UNS se centralizó en México, y aquí estoy en unos de esos días ¡ah! Qué lindo sería vivir en unos de esos días donde podía salir a divertirme, ahora todo es distinto, desde el simple hecho de estudiar. Las escuelas ahora son exclusivas de orden y de cultura europea, mientras la población vive en dos grupos; hombres y mujeres: y el contacto entre ellos es exclusivamente para la reproducción, pues no todos los hombres pueden tener hijos, sino que solo los más aptos en aspectos físicos e intelectuales. Todos tenemos tareas específicas, abrumadoras y francamente inhumanas. 

La Ley Pandemónium solo fue el comienzo. Tiempo después, se estableció un nuevo régimen cada vez más duro e inaceptable. No he vuelto a ver a mi familia, ni mucho menos a mi novia desde la entrada de los militares, solo me queda decir que ahora mí vida es una inmensa rutina. Sea vuelto un Déjà vu. 

(Versión final)

4 comentarios:

Fernando García Garduño dijo...

Me gustó. Tu idea idea es bastante interesante y sí logró introducirme a la historia.
Saludos

Berita Liera dijo...

Hola compañero. Te recomiendo revises algunos acentos que hacen falta o incluso algunos que sobran a las palabras de tu texto, y también el uso de algunas comas: tal vez algunas sobran. =)

Beatriz Mora F. dijo...

Hola!

Compañero sinceramente te hace falta un poco más. Los acentos te fallan, por ejemplo Zócalo, chocó, disculpó, tardó, giré, centré, quedé, centralizó, sería. Todas estas llevan acento, ya que son Pretérito perfecto simple o Pretérito (que ya ha pasado o sucedió)

En la proposición Al llegar al Zocalo capitalino decidimos ir a comer, era ya medio día y en el cielo se podía apreciar una gran cantidad de nubes. Sería punto y seguido entre comer y era…

… cerca de la estación Romero Rubio, ahí se encontraba mi madre y mis hermanos, Diego y César. En vez de coma entre romero rubio y ahí, va punto.

“…hacía mención al suceso, además señalaba…” falto otra coma después de además. “…que no había sido el único si no que había replicas en todo el país.” En esta proposición quedaría así: …que no había sido el único, sino que había replicas en todo el país.”
No sé si el profesor, les haya comentado que del 1 al 9 van con letra y del 10 en adelante con número.

Antes de sino que, debido a que, puesto que, etcétera llevan coma antes de estos.

Fueron los unicos errores que pude apreciar. Espero te sean de utilidad y los tomes en cuenta.

Saludos!

Alejandro Vergara Alcocer dijo...

Gracias por tu comentario Beatriz

Realmente me sirvieron